Un vistazo a la basura de Cancún

Me tocó liderar la creación y puesta en marcha de Siresol en el 2010, ahí consolide mi aventura contra los residuos sólidos urbanos de Cancún.
Comencé a enfrentar la basura desde el 2008 como Director de Servicios Públicos y hasta el 2014 que me corrieron por que entró un nuevo Presidente y por que no importa si funcionas o no, importa a qué grupo político perteneciste.
En realidad a la mayoría de los políticos les vale madres si la ciudad está limpia o sucia, eso lo aprendí también.
En fin, lógramos comprender el problema de los residuos y se derivó esto en la creación y puesta en marcha de un organismo operador descentralizado.
La primera gran idea fue separar la basura de la Dirección de Servicios Públicos que ve bacheo, pozos, pipas, limpieza de playas, parques y jardines, alumbrado público.
La segunda idea fue un organismo operador concentrado en lograr un manejo integral, que significa atacar el problema desde la generación, recolección, aprovechamiento, administración y disposición final.
En Generación: Emprendimos acciones ciudadanas de involucramiento y vínculo empresarial, desde la generación de los residuos que involucre a la gente y a los contribuyentes. La basura inicia desde que compramos, es producto de nuestro consumismo.
En recolección: Mejoramos las rutas, horarios y frecuencias de la recolección, incluso implementamos pruebas de recolección selectiva y con tres empresas logramos tener un parque de camiones suficiente para aplacar diariamente el monstruo de 1,400 toneladas de residuos.
Llegamos a pensar en residuos de manejo especial como llantas, escombro, jardinería, sargazo y electrodomésticos que son otro problema a sumar.
No me dio tiempo de lograr todo eso, fuimos ambiciosos, logramos ver un futuro, la política nos cortó las alas.
La siguiente raíz era el aprovechamiento, para lo cual localizamos y pusimos a interactuar con el organismo a más de 180 acopiadores y recolectores de materiales reciclables como plástico, aluminio, papel, cartón, vidrio y metales, pusimos un orden, orientamos la conciencia colectiva y llegamos a visualizar una industria local nueva que sumará a la urgente diversificación económica de nuestro Caribe Mexicano.
Cambiamos la forma de pagar basura, o
Cuando menos eso intentamos, para muchos fuimos ingenuos, para otros innovadores, el contribuyente debía auto determinarse y pesar sus residuos, tomar conciencia de ¿que generaba y cuánto generaba?, buscar estrategias de reducción que iniciaban con sus propios proveedores, reciclaje, procesos, tecnología y generar menos, para pagar menos, es decir, hacer un Plan de Manejo y mejorar sus prácticas de generación.
Ojo, los reglamentos estaban en condiciones de permitir que un contribuyente hábil al implementar mejores prácticas pudiera pagar menos, si, eso no les gustó, muchos ni lo entendieron.

En la disposición final hicimos una planta de separación de residuos con dos líneas de a 40 personas cada una para extraer los materiales valorozables de la basura e incluso prensar para modificar nuestra forma de hacer disposición final. La idea era darle empleos dignos a los cientos de pepenadores que entran al relleno sanitario a extraer reciclables.
Debido a que solo el 50% de los residuos son reciclables en forma manual, hicimos la primera celda de relleno sanitario como marca la legislación y normatividad vigentes, es decir: la NOM083 de Semarnat.
Básicamente la operación de un sitio de disposición final implica compactar diariamente un frente de tiro de basura nueva, a razón de 0.75 ton/m3, acomodar esto en el menor espacio posible, recubrir con sascab y compactar con medios acuosos formando una terracería firme y haciendo dia con dia un pastel gigantesco de basura y sascab. Cuando llueve el agua se infiltra en el pastel y lava la basura llevando lixiviados al fondo de la celda que por tener una geomembrana impermeable evita que estos lixiviados cargados de metales pesados y tóxicos lleguen al subsuelo kárstico y contaminen nuestro acuífero subterráneo. También, la basura recubierta y aislada del oxígeno se descompone por medio de biodigestion, bacterias anaeróbicas se comen la materia orgánica y defecan metano, exactamente igual a cómo lo hacen en nuestros intestinos con la comida. Ese metano es 21 veces más tóxico como gas de efecto invernadero que el mismo Dióxido de Carbono y otros ende debe controlarse y quemarse o convertirse en energía.
La vida útil de una celda de relleno sanitario se extiende cuando está bien operando, pero cuando no compactan, no hay maquinaria, no se recubre diario, no hay emisión controlada de metano y lo único que hacen es robarse el dinero, se convierte en un tiradero a cielo abierto sobre una celda, que no es lo mismo.
Siresol dista mucho de ser lo que se pensó originalmente, no supieron valorar lo que tenían en las manos, lo corrompieron hasta las entrañas.
Hoy la gente no recicla ni reduce, algunos se consuelan en algún reciclaton, los contribuyentes son tabulados en vez de ponerse a estudiar sus residuos, no hay planes de manejo ni el menor interés en mejorar las prácticas de manejo de sus residuos, estamos lejos de una recolección selectiva, si bien ares Ambiental está recolectando con fuerza y prontitud la tarifa que pagamos por nuestra falta de participación ciudadana es alta, está en función de lo sucios que somos. No hay un aprovechamiento importante, si bien los recolectores de plástico, cartón y metales abundan en la avenida Rancho Viejo o la López Portillo se cuentan con los dedos de las manos y no hay valor agregado, no hay procesos de transformación, maquila, industrialización o tecnologías aplicadas a la basura reciclable. Nos limitamos a acopiar y reenviar a Merida o al centro o norte del País,
No lo estamos logrando, en disposición final comenzarán a sonar las alarmas de la emergencia por falta de una celda, arrastrarán a Isla Mujeres "otra vez" en su irresponsabilidad y seguiremos pagando todos el mal manejo de los residuos sólidos urbanos.