Solastalgia y ecoansiedad, fobia climática.

El grupo poblacional más expuesto a sufrir depresiones y más aun en un nuevo milenio donde no quieren sufrir, son los jóvenes menores a 30 años. Pero entre las diversas formas de deprimirse, los psicólogos han determinado el concepto de "depresión climática", ecoansiedad, solastalgia o ansiedad por los efectos del cambio climático, más y más pacientes muestran síntomas de depresión por sus fijaciones ambientales.
Desde niños se les fué inculcando la preocupación por el calentamiento global, por la extinción masiva de especies, por la emergencia climática, por el exceso de residuos, por cuidar el agua y se les han puesto enfrente tiempos fatales como ejemplo: En 2050 el agua del océano subirá más de 50 cms, o a los 3 grados ya no habrá abejas que polinicen, o cosas así.
Y si uno profundiza y piensa realmente en éstas fatalidades, claro que sufre ansiedad. Y no discutimos si sean posibles o imposibles, o cercanas o lejanas, ésta vez hablamos de la ansiedad que llegan a generar y sus efectos.
Nuestros muchachos crecieron con esto, heredan nuestra incapacidad de transformar la forma como hacemos nuestro desarrollo humano y nuestra adicción a la energía, han crecido pensando que no tiene remedio la situación, los adultos aun nos debatimos entre la creencia de que hay tiempo, nos engañamos con COPs cada año, en realidad son patrañas.
La realidad ya nos alcanzó y con el paso del tiempo los temores de nuestros jóvenes se tornaran en realidades contra su bienestar.
Esto hace que los chavos sean más propensos a la lucha ambientalista, pero también es claro que éstos esfuerzos se anclan en fundamentos erróneos, por que la defensa del medio ambiente sin contemplar el desarrollo, está basada en miedos y solo conduce a cegueras sin sentido.
El desarrollo es inevitable mientras seamos un sistema humano basado en los egos y con crecimiento poblacional sin límites, la necesidad de manchas urbanas, de producción y dinámicas económicas seguirán mandando sobre la conservación.
La pandemia fué un golpe severo a la psiquis de los muchachos, suspendieron su secundaria o su preparatoria, dejaron de ver y sentir a sus compañeros, perdieron ese roce físico que necesitan en esa edad, quedaron atrapados en sus hogares, aprendieron a adaptarse y observaron que tan vulnerable es el sistema humano, la humanósfera, de los adultos.
Mi hijo de 15 años me dijo al final: Papá, ¿viste que al sistema humano no le pasó nada? en un ejercicio mental extraordinario que dió nombre a éste blog.
Sentir miedo es bueno, alerta los sentidos, nos hace creativos, pero convertir ese miedo en ansiedad y depresión no lo es.
Como especie, si estamos amenazados y si estamos en una emergencia climática que poco a poco deteriorará nuestro sistema humano, el informe Stern de Reino Unido por ejemplo expone que antes del 2030, el costo de mitigar y compensar los efectos del Cambio Climático para ellos será del 25% del PIB. Hoy es del 2.5% y apenas proyectando al 2030, para el 2050 será el tema central de las políticas públicas y el centro de los presupuestos, en todos los gobiernos.
Los síntomas son taquicardia, tensión, sensación de ahogo, dificultad para respirar.
La solastalgia es un poco diferente, es un estrés mental causado por el deterioro al medio ambiente, cuando alguien que ama la naturaleza esta enfrente de la devastación del Tren Maya por ejemplo, siente Solastalgia, he visto a compañeros de lucha llorar amargamente enfrente del cenote expuesto sin selva, he caminado por la selva con personas completamente molestas por la destrucción de la naturaleza. Es deprimente ver una marea marrón de sargazo destruyendo playas. O bucear nuestros arrecifes y ver qué han muerto grandes extensiones. No es nostalgia por los tiempos en los que comíamos langosta pescada a mano, es Solastalgia.
El sargazo produce éstos efectos en nuestros turistas, en nosotros, nuestros visitantes retornan al destino y sufren Solastalgia.
Debemos saber que la ecoansiedad y la solastalgia están presentes en la cabeza de nuestras audiencias, visitantes y personal.
¿Qué hacer?
- Es bueno informarse, pero no exagerar, no todo es el cambio climático, acepta el desarrollo, no te obsesiones.
Concéntrate en obras y acciones que ayuden ala conservación del planeta, lenguona sobrina que al volverse vegana volvió a sonreír.
Piensa en tus prácticas consumos de energía, en el uso de tu auto, recicla, reduce los residuos que generas, desde el consumo piensa en la basura qu podrías generar y redúcela.
No te sientas DiCaprio queriendo cambiar el mundo anunciarle a todo el planeta el apocalípsis, si bien es el problema más importante que enfrenta la humanidad,
debes entender que la gente está distraída en superficialidades, que la información digital es intensa, que tienen preocupaciones económicas, personales, de trabajo y que no todos estaño dispuestos a prestarte atención.
Haz ejercicio, relájate, no dejes que la ansiedad te domine, debes distraerte, el mundo anunciarle no se acabará, esto no implica que le restes importancia, solo que podrás contribuir a mejorar las cosas sin ansiedad ni depresión.
Vive hoy, el hoy dice mi esposa, no, dice: Vive el hoy y el ahora. Es bueno ante cualquier tipo de depresión concentrarse en el momento, hacer actividades que exigen concentración total es una forma grandiosa de desconectarse, yo por ejemplo disfruto la pesca, que en el momento del pique es un switch que me manda a otro mundo entre el pez y yo, o el ciclismo de montaña que si te distraes te crees y lastimas, donde tienes que estar atento a cada roca que superan tus ruedas.
Sentir ansiedad por la crisis climática reduce la posibilidad de tu mensaje, crear ansiedad por la crisis climática en quien está dispuesto a escucharte lo bloqueará, podrá entenderte pero sus emociones lo alejarán de la acción, tu activismo o acción a favor del clima será más efectiva si dominas ésta ecoansiedad.
Saludos...